La incertidumbre electoral golpeó al sector inmobiliario. Las ventas bajaron y se postergaron proyectos. La reactivación llegará cuando se sepa que el suelo sobre el que se construirá, no es de arena. Desde fines de marzo ha habido una desaceleración en los créditos hipotecarios de al menos 10% respecto al primer trimestre. Vemos que, especialmente en los segmentos altos, se están postergando las decisiones de compra hasta que se aclare el panorama electoral”, comenta César Sanguineti, gerente de Productos del BCP.
La caída en el segmento A, dice Layseca, se debe a que la demanda se basa en un deseo de compra o en una decisión de inversión, más sensible a la volatilidad que han mostrado los indicadores económicos, mientras que en los de menores ingresos, el adquirir una vivienda responde a una necesidad.
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